Hay muchas cosas que pueden sorprenderte en la montaña en invierno, y el alud es una de las más peligrosas. Por ello te vamos a dar unas recomendaciones de cómo actuar en caso de Alud. No ir bien preparado con el material necesario, un exceso de confianza olvidando que estás en alta montaña o un descuido como no haber mirado el parte meteorológico puede pagarse muy caro.
Un alud es una masa grande de nieve que se desliza por la ladera de una montaña violenta y estrepitosamente, arrastrando con ella todo lo que encuentra a su paso. Si, suena muy mal y realmente es peligroso. Hay tres tipos de aludes:
- Alud de nieve reciente o polvo: son los más destructivos, pero solo se producen durante una fuerte nevada o inmediatamente después.
- Alud de placa: son producidos por la nieve compacta pero mal asentada y son los que pueden desprenderse al paso de un esquiador.
- Alud de fusión: se producen a finales del invierno y en primavera cuando aumenta el contenido de agua del manto nival.
Lo más importante para evitar un alud es la precaución y la experiencia en la montaña, pero si te cae encima aquí tienes algunos consejos.
MANTENERSE A FLOTE DURANTE UN ALUD
En caso de ser sorprendido por una de estas avalanchas, es importante mantener la calma y tratar de escapar por un costado. Si no lo consigues y la tienes encima, libérate cuanto antes de esquís y bastones o tabla de snowboard, que te arrastran al fondo, y trata de permanecer en la superficie haciendo movimientos de natación.
Si la nieve comienza a sepultarte tienes que evitar que entre nieve en la boca y la nariz adoptando una posición de “bola” formando una cámara de aire delante de la cara al mismo tiempo. Cuando el alud está casi parado hay que intentar sacar un brazo hacia la superficie.
Si no lo consigues, mantén la calma y no trates de escapar a toda velocidad hacia lo que crees que es la superficie porque no sería la primera vez que algún sepultado se agota cavando hacia el fondo del alud.
CÓMO LOCALIZAR A UN COMPAÑERO SEPULTADO POR UN ALUD
Conseguir escapar o mantenerse fuera de un alud sabiendo que tu compañero ha quedado sepultado es una de las situaciones más estresante que se puede vivir en la montaña, ya que pasados 20 minutos de la avalancha, las posibilidades de sobrevivir son realmente escasas. Por eso, nunca está de más practicar antes de tener que hacerlo realmente.
Lo primero que hay que hacer en caso de alud es tratar de localizar visualmente el punto en el que desapareció la víctima, después, realizar la llamada de emergencia a los servicios de rescate (nunca olvidar esta parte que con el estrés de la situación no se suele ir corriendo al siguiente paso) y rápidamente comenzar a buscar a los desaparecidos.
Hay que colocar el ARVA en la posición búsqueda y realizar un rastreo rápido en zig zag buscando la primera señal, y una vez localizada, tienes que acotar la mínima medición (el ARVA te da la dirección y la distancia a la que se encuentra el sepultado) con tanteos en ángulos de 90º, ahora más despacio y priorizando la precisión. Sobre esa mínima medición confirmada, se supone que está el compañero atrapado. Ahora hay que sacar la sonda y comenzar a pinchar abriendo hacia el exterior una espiral con centro en el punto donde encontramos la medida mínima. Cuando creamos haber localizado al sepultado es muy importante, no empezar a cavar justo encima de él porque con nuestro peso podemos aplastar la bolsa de aire que le mantiene vivo. Lo mejor es dejar la sonda clavada sobre él, alejarse un metro o más y cavar en ángulo descendente, que es además más fácil.
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