Esta primera etapa de casi 67 km. va a transcurrir por el corazón de la campiña cordobesa, con constantes subidas y bajadas, aunque sin demasiadas dificultades técnicas. Es un tramo para saborear y llenar nuestras pupilas con paisajes de formas redondeadas, campos de girasoles, olivos, y pequeñas brumas, allá en el horizonte. Tendremos durante buena parte del trayecto un acompañante en la cercanía, el río Guadajoz, nervioso a ratos, manso en otros, y también diversos arroyos. Algún puente romano de serena belleza nos transportará a otra época.